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USCCB News Release

Obispos Miembros de la CICM hacen publico su declaracion sobre el 1er aniversario de las redadas de Postville

USCCB News Release

WASHINGTON - Para conmemorar el primer aniversario de la redada masiva de inmigrantes en una planta en Postville, Iowa, el Obispo John C. Wester, presidente del Comité de Obispos para Asuntos Migratorios, hizo público un comunicado recordando el costo humanitario de tales acciones y realizó de nuevo un llamado a favor de la reforma de las leyes inmigratorias de nuestro país.

"Mis hermanos obispos católicos y yo entendemos y apoyamos el derecho y la responsabilidad que el gobierno tiene de hacer cumplir las leyes", afirmó el Obispo Wester. "Sin embargo, creemos firmemente que las redadas en los lugares de trabajo no resuelven el desafío de la inmigración ilegal. Por el contrario, éstas llevan a la separación de familias de ciudadanos estadounidenses y a la destrucción de las comunidades inmigrantes".

El Obispo Wester hizo un llamado a las familias a que "oren por todos aquellos que fueron afectados por la redada del 12 de mayo de 2008 en Postville y que trabajen por una reforma integral de las leyes inmigratorias, para que otros no tengan que enfrentarse al mismo dolor y crueldad en el futuro".

"La acción del año pasado en Postville es un recuerdo perturbador de la necesidad de reparar las deficientes políticas inmigratorias en el país", dijo el Obispo Wester.

El texto completo de la declaración del Obispo Wester se ofrece a continuación.

Declaración de Monseñor John C. Wester,
con motivo del Primer Aniversario de las Redadas Migratorias
en un Centro Laboral en Postville, Iowa
12 de mayo de 2009

El día 12 de mayo de 2009 señala el primer aniversario de la que, en aquel entonces, fuera la redada migratoria en un centro laboral más grande de la historia. Desde que esta acción ocurriera, otras redadas de mayor magnitud han sucedido, pero el precedente sentado en Postville y la respuesta compasiva de esta pequeña comunidad en Iowa y de las comunidades de fe subrayan el costo humanitario de las redadas de inmigrantes en los centros de trabajo así como la necesidad de una reforma de las leyes inmigratorias de nuestro país.

Como líderes religiosos, mis hermanos obispos católicos y yo entendemos y apoyamos el derecho y la responsabilidad que tiene el gobierno de hacer cumplir las leyes. Sin embargo, creemos firmemente que las redadas en los lugares de trabajo no resuelven el desafío de la inmigración ilegal. Por el contrario, éstas llevan a la separación de familias estadounidenses y a la destrucción de las comunidades inmigrantes. La redada en Iowa dejó como resultado la separación familiar, un gran sufrimiento, la denegación del derecho a un proceso legal debido y la división de la comunidad.

Nuestra respuesta, religiosa y social, ante tal daño a la dignidad dada por Dios está basada en las Escrituras, las cuales hacen un llamado a los creyentes a dar la bienvenida al recién llegado en nuestro medio, a tratar al extranjero con respeto y caridad, y a proporcionar asistencia humanitaria y pastoral a las personas y a sus familias.

La acción del año pasado en Postville es un recuerdo perturbador de la necesidad de reparar las deficientes políticas inmigratorias en el país.

Pido a todos los católicos, a otras comunidades de fe y a las personas de buena voluntad que oren por todos aquellos que fueron afectados por la redada del 12 de mayo de 2008 en Postville y que trabajen por una reforma integral de las leyes inmigratorias, para que otros no tengan que enfrentarse al mismo dolor y crueldad en el futuro.
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